“Queridos hijos, también hoy de manera particular, deseo invitarlos a la Eucaristía.
¡Qué la misa sea el centro de su vida! En particular, queridos hijos, que la Eucaristía esté en sus familias: la familia debe ir a la Santa Misa y celebrar a Jesús. ¡Jesús debe ser el centro de su vida!, por lo tanto, renueven, queridos hijos, renueven la oración familiar y encamínense hacia Jesús. Gracias, queridos hijos por haber respondido también hoy a mi llamado”