Mensaje del 25 de Septiembre de 2009

“Queridos hijos, trabajad con alegría y arduamente en vuestra conversión. Ofreced todas vuestras alegrías y tristezas a mi Corazón Inmaculado para que os pueda conducir a todos a mi Hijo bien amado, de modo que en Su Corazón encontréis la alegría. Estoy con vosotros para enseñaros y conduciros a la eternidad. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

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