Meditación del Padre Danko sobre el Mensaje del 25 de octubre de 2008

ARMENSE CON LA ORACION Y EL AYUNO

Mensaje de María Reina de la Paz en Medjugorje del 25 de octubre de 2008

“¡Queridos hijos! De manera especial los llamo a todos ustedes para que oren por mis intenciones a fin de que por medio de sus oraciones se detenga el plan de Satanás sobre esta Tierra, que cada día está más lejos de Dios, y en lugar de Dios se pone a sí mismo y destruye todo lo que es hermoso y bueno en el alma de cada uno de ustedes. Por eso hijitos, ármense con la oración y el ayuno para que sean conscientes de cuánto Dios los ama y puedan hacer la voluntad de Dios. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

La Virgen nos invita a que oremos por sus intenciones. Si nos entregamos en oración a Dios, el plan de Satanás no se podrá realizar en la Tierra. A través de este mensaje, la Virgen pide nuestra colaboración. Estamos conscientes de que Jesús y la Virgen pueden vencer a Satanás sin nosotros, pero piden nuestra colaboración y nuestra decisión. Dio nos creó libres y pide que nosotros nos decidamos. Dios nos creó sin nuestra ayuda, pero sin nosotros no nos puede salvar si no lo deseamos.

Cuando la Virgen habla acerca del plan de Satanás en esta Tierra, Ella no está pensando ante todo en la naturaleza, sino en el hombre y en todos los pecados que él comete cuando sucumbe a las tentaciones de Satanás; los varios tipos de pecados graves son: los matrimonios entre personas del mismo sexo, el aborto, los asesinatos, la fornicación, la explotación de los pobres, la blasfemia, la drogadicción, el alcoholismo, etc. La humanidad se pone hoy en el lugar de Dios y repite continuamente el error descrito en las primeras páginas de la Biblia (Gen 3). Los valores humanos han llegado a ser más importantes que los valores cristianos. Para mucha gente, el dinero se ha convertido en un dios. La consecuencia de eso es que se está destruyendo todo lo que es bueno y hermoso en las almas de hombres.

La Virgen nos da los medios para oponerse al plan de Satanás, y ésos son: la oración y el ayuno. Todos pensamos que oramos mucho y que creemos firmemente. Si hiciéramos una encuesta, veríamos que no oramos tan a menudo. Pasamos más tiempo hablando por teléfono, bebiendo café, leyendo los periódicos o mirando encuentros deportivos, que en oración. El ayuno y la oración han sido, desde los inicios del Cristianismo, los medios fundamentales en la lucha en contra del mal. Si no oramos y no ayunamos, entonces tampoco podemos creer, porque la fe, es decir, la confianza, se establece con relación a alguien y ese alguien es Dios. La oración es el encuentro con Dios, y de ese encuentro, nace una fe fuerte y poderosa.

La Virgen nos invita en el mensaje del 25 de noviembre de 1987, a orar para que Satanás no nos atraiga con su orgullo y falso poder. Ella dice: Estoy con ustedes y deseo que me crean que los amo. El amor y la humildad se pueden leer en cada mensaje de la Virgen, y esa es la razón principal por la cual tanta gente del mundo entero visita Medjugorje, porque se siente amada por Ella.

El mensaje de la Virgen de esta tarde termina con las palabras: hagan la voluntad de Dios.  En el Salmo 40 en el versículo 9, podemos leer: “Yo amo, Dios mío, tu voluntad.” El hombre que cumple la voluntad de Dios se llena de alegría y de paz. Hacer la voluntad de Dios significa dar grandes pasos hacia la santidad. La humildad es la característica de los que hacen la voluntad de Dios. Son obedientes y mansos. Aquellos que no responden a la llamada de cumplir la voluntad de Dios están preocupados de las cosas terrenales y Dios no está en el primer lugar para ellos. Son gente llena de ambición y que desea lograr sus objetivos por cualquier medio. Son gente que lo mide todo según la medida de este mundo, y por lo tanto pierde su alegría.

Decidámonos todos juntos nuevamente por Dios, respondamos a la llamada de la Reina de la Paz, y nos convertiremos en testigos verdaderos del amor de Dios y del amor de la Virgen, tal como los discípulos que Jesús desea que seamos.

Fr. Danko Perutina
Medjugorje, 26.10.2008