Introducción

Medjugorje y María Reina de la Paz

Virgen de Medjugorje

Medjugorje (medsugorie: así se pronuncia) es un pueblecito situado en el valle del mismo nombre, de Bosnia-Herzegovina. Se encuentra al pie de dos montañas, Podbrdo y Krizevac, y contempla al norte, a lo lejos, una elevada cadena montañosa. Este lugar se ha hecho famoso porque el 24 de junio de 1981, la Virgen María se apareció a seis jóvenes, diciendo que era la REINA de la PAZ y que venía a recordar y a pedir lo que ya había pedido en apariciones de otros lugares: la fe viva, la conversión y la oración para conseguir la paz del mundo y la salvación de todos los hombres y les aseguró que por medio de “cinco piedrecitas” podíamos vencer al gigante Goliat (el mal del mundo).

Las cinco piedras son:

1) Confesión mensual, 2) Lectura de la Biblia, 3) Vivir la Eucaristía en profundidad, 4) Oración del Rosario con el corazón y 5) Ayunar a pan y agua los miércoles y viernes, como signo de penitencia.

Evidentemente, la Virgen no les dijo todo esto el primer día. Ella en estos años ha ido hablando diariamente a los seis videntes, últimamente sólo a tres de ellos, invitándolos a la oración, a la fidelidad a Cristo, a abrirse a la acción del Espíritu Santo, etc., haciendo extensiva esta invitación a toda la humanidad. Cada 25 de mes, la Virgen María da un mensaje dirigido a todo el mundo. Este mensaje sale en Catalunya Cristiana y en Ràdio Estel, además de existir una revista propia: El Eco de Medjugorje. Desde el principio, la Virgen María dijo que el pueblo de Medjugorje se tenía que convertir, que debían perdonarse unos a otros, y que debían ser un modelo de vida cristiana renovada para las parroquias del mundo entero. Les pidió que por la tarde, una hora antes de la Misa, rezaran dos partes del Rosario, y acabada la Misa, siete Padrenuestros, un Ave María y un Gloria por las intenciones de la “Gospa” (que significa Señora en croata). Les pidió además, que después de rezar dichas oraciones, bendijeran a los enfermos y acabaran con la tercera parte del Rosario. También pidió que por lo menos dos o tres días a la semana, hubiese una hora de Adoración al Santísimo. A día de hoy, prácticamente todo el pueblo sigue este programa con fidelidad, además de la multitud de peregrinos que llegan durante todo el año, y especialmente en verano. Desde el principio, la Virgen les dijo que iría a Medjugorje gente de todo el mundo y, ciertamente, no se equivocó.

Pero, ¿es verdad que la Virgen María se aparece en Medjugorje? ¿Por qué no? No hay ninguna razón para pensar que todo es mentira. Decir que la Virgen María habla demasiado, creo yo que es una osadía, pues, ¿quiénes somos nosotros para decir lo que tiene que hacer la Reina del Cielo y de la Tierra? ¿Podían seis muchachos ponerse de acuerdo en una cosa así, sin haber oído hablar nunca de apariciones, en pleno régimen comunista, con los problemas que les ha ocasionado y, por si esto fuera poco, continuar esta “broma” durante tantos años, sin ningún beneficio económico y con una vida cristiana admirable por parte de todos ellos? Además, Jesús dijo: “por sus frutos los conoceréis”: las conversiones son continuas y duraderas. Yo mismo soy testigo, en las dos veces que he ido a Medjugorje, de conversiones, tanto de sacerdotes (sí, así tal como suena; algunos de ellos así lo reconocieron en el encuentro sacerdotal del año 2003, en el que participamos más de 600, como es habitual), como de seglares (lo comprobé en el retiro al que asistí en marzo del año 2004, dirigido por el P. Jozo Jovko, párroco de Medjugorje cuando comenzaron las apariciones). No faltan tampoco milagros y milagros sonados, como el de un ciego del pueblo que recobró la vista, noticia que hasta publicaron los periódicos comunistas: la puerta de la celda de la cárcel donde estuvo el P. Jozo un año y medio, se abría sola por la noche, y además aparecía una luz en su interior, etc. También se producen diversos fenómenos sobrenaturales, sobrios y discretos, pero muy frecuentes: ver cómo el sol da vueltas, oler a rosas sin ninguna lógica humana, ver imágenes inexplicables de la Virgen al revelar las fotos hechas allí, etc. Hay un crucifijo, en una comunidad religiosa, que llora, y un gran Cristo resucitado de bronce, al aire libre, al que a veces le mana líquido de la rodilla. Puedo asegurar que he encontrado personas dignas de toda confianza que han experimentado alguno de estos fenómenos, y yo mismo soy testigo de alguno de ellos. ¿Y los frutos de Medjugorje? No hace falta decir que los grupos de oración “Reina de la Paz” que hay por todo el mundo son muy numerosos. En Medjugorje, se han establecido comunidades religiosas y centros benéficos que siguen con fidelidad lo que pide la Virgen María: Comunidad de las Bienaventuranzas, Centro de acogida de huérfanos del P. Slavko Barbaric y una muy sorprendente es la Comunidad del Cenáculo, formada por más de 90 chicos que se liberan de las drogas sólo a través de la convivencia fraterna, de la oración y de la adoración al Santísimo, prescindiendo de fármacos. Esta comunidad, fundada por Sor Elvira, está presente en más de 40 lugares del mundo, y de ahí han salido vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada.

¿Por qué la Iglesia, por ahora, no ha reconocido oficialmente Medjugorje? Sencillamente, porque la Iglesia no suele reconocer unas apariciones hasta que no hayan acabado y como en Medjugorje aún continúan hasta el día de hoy, la Iglesia todavía, no las ha podido aprobar. Sin embargo, Juan Pablo II, dijo: “Si no fuera Papa, ya habría ido a Medjugorje y lo habría hecho sobre todo para confesar”. Muchas personalidades de la Iglesia Católica son grandes admiradoras de estas apariciones y han escrito a favor de su autenticidad. También sabemos que el papa actual, Benedicto XVI, ve estas apariciones con simpatía. Fijémonos que, si lo pensamos bien, Medjugorje no es nada más que el inicio del cumplimiento de la profecía de Fátima: “Al final mi Corazón Inmaculado triunfará”. Tanto en Fátima como en Medjugorje, la consagración al Inmaculado Corazón de María es algo muy importante. En Medjugorje, la Virgen María también ha confiado a los videntes unos secretos, diez, que han de ser revelados cuando Ella diga. Cuando se hayan hecho públicos los secretos, entonces se acabarán las apariciones. Todo este tiempo de apariciones, lo dice Ella, es un tiempo de gracia concedido por el Señor a la humanidad, tanto por el modo como se han producido como por la larga duración. Un hecho parecido a éste no se volverá a repetir nunca más.

La Virgen María se presentó en Medjugorje como REINA de la PAZ en 1981 y pidiendo la conversión. La gente no hizo mucho caso, y se produjo la guerra de Yugoslavia. El mismo año 1981, la Virgen María también se apareció en Kibeho, Ruanda (Estas apariciones, que ya terminaron, sí están reconocidas por la Iglesia). Allí repetía lo mismo: que era la REINA de la PAZ y también pedía la conversión. Pero tampoco hicieron mucho caso y se desató la guerra entre hutus y tutsis. En los dos lugares no se imaginaban que podían llegar unas guerras tan crueles y llegaron. ¿Por qué nos costará tanto creer?

P. Andreu Casabona Aran