La misión de María es guiar a la gente hacia Dios, de guiar a la gente a la conversión, de guiar a la gente a la plegaria. “Rezad, rezad, rezad” es uno de sus repetidos llamamientos.
El 25 de noviembre de 2008, su mensaje fue: “Queridos hijos, os llamo a la oración, rezad, rezad, hasta que la plegaria se os transforme en la vida.”
María dijo en su mensaje del 25 de diciembre de 2005: “Hoy os traigo en mis brazos al niño Jesús, para que su paz os bendiga. Niños, os llamo en forma especial a vosotros para que seáis los portadores de la paz en este mundo sin paz. Gracias por haber respondido a mi llamada.” Recordándonos así de la importancia de dar las ‘gracias’.
¿Cuán a menudo se nos olvida de decir ‘gracias a ti’ a Dios; a los otros; gracias por ser llamados a ser gente de oración, gente de paz?
Cuando nos percatamos de qué poco merecedores somos de sus dones y de su benevolencia hacia nosotros, no porque seamos pecadores, si no por todo nuestro “bagaje”, entonces nuestra fuerza motivadora no puede ser otra que la de dar las gracias.
Como cínico que ha sido ‘convertido’, recomiendo que a menos que uno no haya ‘probado’ lo que yo llamaría la ‘experiencia Medjugorje’, uno no debería estar tan dispuesto a criticar y descartarla. ¿Por qué la gente condena tan facilmente? ¿Por qué la gente es tan temerosa y despectiva? Están en su derecho. Pero ¿Por qué no probar y ver? Visitar Medjugorje con una mente abierta es experimentar la obra de Dios con su gente, por medio de la Virgen María les envía su amor y les sana.
María nos llama a la conversión, a la plegaria, al amor . María hace posible que la gente sane en el Sacramento de Sanación y Reconciliación. Como sacerdote que ha pasado muchas horas celebrando este Sacramento con gente de todas las clases, con gente joven y gente anciana, puedo afirmar que Dios obra cosas admirables con las vidas de la gente, y lo que es todavía más maravilloso, Él ha obrado cosas admirables en mi propia vida a consecuencia de ello. Mi sacerdocio quedó confirmado y un gran pesar me ha sido sanado.
Nadie debe criticar o rechazar este lugar de peregrinaje y renovación. Nadie debe poner objeciones a este lugar de oración y paz. Es realmente obra de Dios. Qué envidioso estará Satanás de ver a tantos, a viejos y jóvenes, que rezan, en penitencia y devoción, que encuentran allí la paz, un propósito y a un Dios de amor y compasión. Medjugorje es lugar de esperanza y de un nuevo comienzo.
Nuestra Señora nos invita a rezar, rezar y rezar, y yo ruego a Dios que os dé el regalo de la Fe. ¡Sólo con fe descubrireis el don de vida que Dios os a dado!
A todos pido que celebren y den las gracias a Dios por los maravillosos dones que cada día concede a su gente a través de la experiencia Medjugorje, gracias a Nuestra Madre, María, quien tiene como misión el amor universal que nos encamine hacia Dios . ¡Aleluya!
Padre Brendan O’Malley
Entrevista extraida de https://crownofstars.blogspot.com/