La visita del Obispo de Tanzania, Monseñor Damiano Kyaruzi
A fines de mayo ha venido de visita a Medjugorje el obispo recién elegido de Tanzania, Monseñor Damiano Kyaruzi. Durante su viaje a Roma, donde será ordenado obispo, cogió la ocasión para visitar también Medjugorje. He aquí lo que ha declarado en esa ocasión:
“Soy un sacerdote de la diócesis de Bukoba en Tanzania. Hasta ahora había sido vicario general de mi diócesis y ahora he sido nombrado obispo de la diócesis de Sumbawanga. Soy sacerdote desde hace 29 años. Seré consagrado obispo con ocasión del aniversario de mi primera ordenación sacerdotal, el 29 de julio de 1997. Me encuentro en Medjugorje por primera vez. He acudido a este lugar a orar antes de ser ordenado obispo. Aquí he encontrado un lugar y personas que rezan mucho en la iglesia, en el Podbrdo y en el Krizevac. He notado una profunda devoción en los montes. Esta es una experiencia importante para mí porque me hace comprender que la gente está dispuesta a orar cuando se le da la oportunidad y cuando es bien guiada. Pero este lugar no es sólo un lugar de oración, sino también un sitio donde se puede aprender mucho. He entendido una cosa importante: todos somos peregrinos. Los peregrinos que acuden a este lugar descubren el don de la vida y Dios aquí los sana: ellos regresan a Dios, comprenden las leyes de la vida y se convierten en mensajeros de la paz. Tengo intenciones en mi obra de dirigirme a la gente y decirles a ellos de no tener temor de aceptar la vida, aunque sé que no es fácil. Subiendo a los montes de Medjugorje podemos comprender esas dificultades. Esta experiencia se puede vivir especialmente cuando subimos el Krizevac (Monte de la Cruz). En el Krizevac se aprende esta lección: es necesario aceptar todo aquello que se recibe durante la vida y cumplir con la propia tarea. Es necesario mirar y seguir la vía de la cruz de Jesús. Espero que todos los peregrinos acepten aquí su propio peregrinaje de vida con Dios y María.”
La visita del Obispo de Camerun
Monseñor Adalbert Hdzana, obispo de la diócesis de Mbalmayo en Camerun ha visitado Medjugorje a mediados de junio. He aquí lo que ha declarado en esa ocasión:
“Me agrada mucho visitar los lugares marianos de peregrinación más importantes. He estado ya dos veces en Lourdes y en Fátima. Me siento muy feliz y satisfecho de haber venido a este lugar. Me parece que Medjugorje sea la continuación de Fátima. Alguien lo ha dicho antes, pero lo que yo veo aquí es la continuación de Fatima porque veo la realización del Evangelio conforme con la situación actual y el hombre de hoy. La Virgen habla de una manera muy simple. En los mensajes no hallamos ni amenazas ni temores para el corazón del hombre. Aquí se pone el acento sobre las cosas importantes: el amor y la confianza en Dios. Pero el pecado se opone a la vida que Dios nos está ofreciendo aquí. Todo lo que la Virgen nos dice aquí se halla en el Evangelio y los métodos a los cuales nos invita son los evangélicos y los de la tradición de la Iglesia. Aquí se habla de vida mientras que en el mundo se vive la muerte. Los sacramentos son los canales por medio de los cuales recibimos la vida divina. También la Virgen nos invita a acoger los sacramentos y a vivirlos. Se trata sobre todo del sacramento de la reconciliación y, al centro, se halla la eucaristía.
Me parece que aquí todo suceda de una manera muy simple, esto me agrada, además se pone el acento en las cosas más importantes. Pienso que la Iglesia debería de ser muy razonable con respecto a estos eventos. Comprendo el hecho de que la Iglesia tome todo tipo de precauciones ya que los acontecimientos de este lugar aún no han terminado, pero aquí suceden cosas buenas, y esto desde hace mucho tiempo, por lo que esto debería de ayudarnos para comprender lo que aquí está sucediendo. Pienso que lo que he podido aprender aquí me ayudará a volver aun más a la pastoral, como nos ha dicho también el Papa, para hacer todo lo necesario para prepararnos bien al Jubileo del 2000. La cosa que más ha tocado mi corazón en Medjugorje y que la trasmitiré a los míos, es la conversión y la consagración. La Virgen nos repite continuamente que debemos librarnos del pecado y abrirnos al amor de Dios. A mi regreso pondré el acento nuevamente sobre las cosas que aquí he oído y vivido. Es ésta la re-evangelización. Invito a todos a aprovechar este tiempo de gracia que Dios nos concede por medio de María. Que Dios los bendiga. Rezaré por todos ustedes y ustedes oren por mí y por mi país.”