Mons. Bernardo Witte, Obispo retirado de Argentina
Mons. Bernardo Witte, oblato BDM, obispo emérito de la diócesis Concepción, transcurrió la Semana Santa en Medjugorje. Vino en peregrinación con un grupo de fieles de Alemania, puesto que él es también alemán. Celebró la Santa Misa matutina para los peregrinos de habla alemana, oró y confesó.
Acerca de sus impresiones dijo:
“La primera vez que oí hablar de Medjugorje fue en el año 1984, cuando en Viena visité a un amigo sacerdote. Me habló acerca de Medjugorje y le creí. Desde entonces he tenido el deseo de visitar Medjugorje. Ahora que estoy retirado tengo tiempo y por eso he venido ha pasar la Semana Santa en Medjugorje. Deseo ver, conocer, orar. El Padre Mathuni, que me habló por primera vez de Medjugorje, estuvo en una aparición, vio la sinceridad de los videntes y la intensidad de la oración de los peregrinos presentes. Desde entonces sigo los acontecimientos de Medjugorje y a través de estos 20 años me he convencido de que son auténticas. Ellas traen el mensaje de la fe y de la esperanza que también transmite la Iglesia cuando llama a la oración, al ayuno y a la conversión. Podría decir que esa intensidad para mí representa una sorpresa, pero he aquí cómo lo interpreto: la moral en el mundo se halla bajo un gran peligro. En un momento de peligro excepcional para el mundo, para la Iglesia y las almas, son necesarios medios excepcionales. Expreso mi admiración y me alegro. Cada aparición es una nueva esperanza y un nuevo desafío. Y en este caso tengo la misma respuesta: ante el gran peligro de la civilización de la muerte, las apariciones alientan la civilización de la vida. Tengo la impresión de que todo se desarrolla armónicamente: las apariciones de este lugar, el pontificado de Juan Pablo II, que impulsa a la renovación pastoral de la vida en la Iglesia, muchos obispos que dan conscientemente una orientación mariana a su episcopado. En resumen: repetiría las palabras de la Virgen de Fátima: “Al final, mi Corazón Inmaculado triunfará.” Pienso que las apariciones de Fátima y de Medjugorje son un llamado a la renovación de Europa. En Medjugorje el Este comunista comenzó a derrumbarse. Medjugorje es un portador de alegría, esperanza y confianza.”