Visita del Obispo de Gabón
Durante el XIII encuentro internacional de jóvenes, visitó Medjugorje de manera privada Mons. Jean-Vincent Ondo, obispo de la diócesis de Oyem, Gabón, Africa. Acerca de sus impresiones, entre otras cosas, dijo lo siguiente:
“Cuando vine por primera vez a Medjugorje, mientras aún no era obispo, vine con una familia. Hoy me encuentro aquí de nuevo con una familia. Es una visita totalmente privada. Hemos venido a este lugar porque deseamos orar y vivir lo que la Virgen nos habla. Lo que aquí sucede, sucede también en nuestras diócesis: el Rosario, la Adoración, la oración… Lo que es especialmente hermoso, es el gran número de gente que aquí viene, mientras en nuestras diócesis tenemos grupos más pequeños.
Con respecto a las apariciones y a la presencia de la Virgen, podría decir que es difícil dar una opinión precisa después de solamente algunos días de permanencia. No tengo todos los elementos necesarios para discernir. Lo que puedo decir es que aquí sucede algo realmente. Tuve la gracia de poder encontrar a la vidente María y estar presente durante un momento de su oración. Algo sucede que supera mi razón. La mente analítica desea siempre explicar todo, pero pienso que simplemente hay que sentir admiración por todo lo que sucede en este lugar. La Virgen nos pone aquí ante un desafío. A aquellos que dudan quizás con el tiempo Ella les dará un poco más de luz…
Nuestra venida a este lugar está dirigida a vivir nuestra fe, y no a buscar algo insólito. Me siento entusiasmado cuando veo a cristianos que vienen de todas partes y hablan el mismo lenguaje – el lenguaje de la oración. El Espíritu Santo nos supera. Nosotros somos seres humanos y tenemos un conocimiento limitado. Eso es como cuando se habla del hombre que quiso vaciar el océano y poner el agua en un pequeño agujero. Esta no ha sido la primera experiencia para el mundo. Apariciones ha habido en Fátima y en Lourdes. Ahora se habla de Medjugorje. Si esas experiencias acaecieron en el pasado, pueden suceder en el presente y en el futuro.
Aquí María se revela como la Reina de la Paz. Solamente Dios sabe cuántos corazones están intranquilos. Ansiamos esa paz que viene solamente de Dios. He tenido la oportunidad de encontrar a muchos peregrinos. He percibido cuantas tribulaciones existen en sus corazones. Han venido a confiar su padecimiento a María con la esperanza de poder encontrar la paz interior. Creo que los que vienen no son turistas, sino que vienen con la esperanza de encontrar la paz en María.
Aquí no hay nada diferente de lo que podemos ver y vivir en nuestras diócesis. Lo que puedo constatar es que los jóvenes en nuestras parroquias sienten una gran tibieza. Cuando vienen a tales encuentros, descubren una Iglesia viva, cálida y despierta, se sienten felices y gozosos de estar reunidos. Creo que debemos esforzarnos en que estos jóvenes y estos niños sean aceptados, de tal forma que aquellos que aquí han experimentado algo, no se queden solamente en el ámbito de las emociones fuertes, sino que sea una experiencia poderosa de fe que los ayude a continuar a crecer en ella cuando se vayan de Medjugorje.”