El Papa en Bosnia-Herzegovina
El Santo Padre Juan Pablo II visitó, el 12 y 13 de abril de 1997, Sarajevo, en Bosnia-Herzegovina. El Santo Padre es seguramente el peregrino más grande de nuestros tiempos. En diversas ocasiones, en sus sermones y oraciones, mencionó y pidió a Dios la paz para estos pueblos de estas regiones nuestras, extenuados por la guerra. No podemos dejar de recordar su visita a Croacia en septiembre de 1994, cuando alrededor de un millón de croatas acogieron al Santo Padre en Zagreb. Esto es un cuarto de la población total de Croacia. En ese entonces, el Santo Padre había anunciado su visita a Sarajevo. Esa visita había sido planeada anteriormente, pero recién ahora pudo ser realizada.
Con ocasión de este encuentro con los católicos de Bosnia-Herzegovina, el Santo Padre envió un mensaje de esperanza y de paz, y dirigió un llamamiento a una vida en común y a la tolerancia en esta comunidad multiétnica. Al encuentro con el Santo Padre acudieron 250 parroquianos de Medjugorje y 350 peregrinos extranjeros presentes en Medjugorje, quienes, para esta ocasión, habían llegado de diversas partes del mundo. Quizás parece extraño que la gente haya venido desde América o desde otros países europeos a Medjugorje para ir a encontrar al Santo Padre en Sarajevo. Pero, en esto no hay nada inusual. Estas son personas que reconocieron la importancia y la fuerza del llamamiento a la paz dirigido por el Papa, ese mismo llamado que la Virgen comenzó a enviar al mundo en aquel lejano 1981. Sólo 50000 asistieron a la Santa Misa. Este escaso número fue interpretado por muchos como un temor generalizado de las personas que no asistieron, por su seguridad personal. Por lo demás, la ciudad de Sarajevo recibió friamente al Papa. Actualmente, Sarajevo es una ciudad muy islamizada, a diferencia de tiempos anteriores a la guerra, cuando era una ciudad altamente multinacional y multiconfesional.
La parroquia de Medjugorje, junto con todo sus peregrinos, se preparó en oración para que el Santo Padre tuviera una visita venturosa y bendita a estos lugares, recordando además el mensaje del 25 de agosto de 1994. Este mensaje lo dio la Virgen poco antes de la venida del Papa a Croacia. Recordémoslo en esta oportunidad: “Queridos hijos! Hoy estoy unida a ustedes en la oración de un modo especial, orando por el don de la presencia de mi hijo amado en su país. Oren, hijitos por la salud de mi hijo más querido, que sufre y a quien yo he escogido para estos tiempos. Yo oro e intercedo ante mi Hijo Jesús, para que se realice el sueño que tuvieron sus padres. Oren, hijitos, de manera especial porque Satanás es fuerte y desea destruir la esperanza en sus corazones. Gracias por haber respondido a mi llamado!”
El Papa, Medjugorje y el Provincial de Herzegovina
Se esperaba que la visita del Papa Juan Pablo II a Bosnia-Herzegovina, el 12 – 13 de abril de 1997, terminaría con la venida de éste a Medjugorje, puesto que había expresado tal deseo en numerosas ocasiones. Lamentablemente, eso no sucedió. Sin embargo, el Papa no olvidó Medjugorje.
En el aeropuerto de Sarajevo, el 12 de abril, fue acogido, en primera instancia, por tres obispos y dos provinciales de Bosnia-Herzegovina. Cuando el provincial de Bosnia-srebrna, Fr. Petar Andelovic, en su cargo de principal de los provinciales, se acercó al Papa para saludarlo, el Papa le preguntó: “Medjugorje?”. El, entonces, indicó en dirección del dr. Fr. Tomislav Pervan, provincial de Herzegovina, quien dijo: “Yo soy de Mostar y Medjugorje”. El Papa hizo un ademán con la cabeza y repitió dos veces: “Medjugorje, Medjugorje”. Lo vieron todos los televidentes que estaban siguiendo la transmisión de la llegada del Papa.
Mientras rezaba con los reunidos en la catedral de Sarajevo, el Papa, en dos ocasiones, oró a la Reina de la Paz para Bosnia-Herzegovina. Muchos de los presentes lo interpretaron como un dirigirse a la Reina de la Paz de Medjugorje.
Después de la cena en el Seminario Conciliar Católico de Sarajevo, Fr. Tomislav aprovechó la ocasión para entregar personalmente al Papa, la última monografía fotográfica sobre Medjugorje que le enviaron los franciscanos que trabajan en la parroquia de Medjugorje. En esta ocasión, intercambió con él, durante poco tiempo, algunas palabras sobre Medjugorje. El Papa permaneció en silencio, pero se vio, por la expresión de su rostro, que había acogido ambas cosas con interés y satisfacción.
Con motivo de la partida del Papa del aeropuerto de Sarajevo, Fr. Tomislav Pervan, al despedirse del Papa, le dijo: “Santo Padre, lo esperamos en Medjugorje”. El Papa, con una sonrisa, como se pudo apreciar en la pantalla de televisión, respondió: “Medjugorje, Medjugorje”.
Los Obispos Moged Elhachem y Franco Hillary en Medjugorje
El Papa Juan Pablo II, en su viaje a Sarajevo, que hasta la ocupación turca en 1463 se llamaba Vrhbosna, nombre de origen croata, fue acompañado por una delegación de 11 embajadores acreditados en la Santa Sede, periodistas del Vaticano, representantes de la secretaría de estado y de los obispos Moged Elhachim y Franco Hillary. Esta delegación de treinta miembros cogió la ocasión para visitar el Santuario de la Reina de la Paz en Medjugorje.
La celebración eucarística en el Santuario fue dirigida por el obispo Moged Elhachim, así también la homilía. En su sermón, dijo que todos habían ido juntos a Sarajevo para apoyar al Santo Papa, y además, contribuir humildemente con sus oraciones para la paz en Sarajevo, en Bosnia-Herzegovina, para la paz en toda la región.
Después de la celebración eucarística, Fr. Ivan Bradvica los condujo al Monte de las Apariciones. En este lugar, todos oraron conjuntamente y platicaron acerca de los acontecimientos en la parroquia de Medjugorje.
En el despedida, el obispo Elhachem dijo que había venido a orar y por la paz en su patria sufriente, el Libáno. El obispo Franco Hillary de New York hizo notar que ésta es su segunda visita a Medjugorje y que con agrado viene a este lugar, puesto que siente la presencia de la Reina
de la Paz en su vida y en su trabajo. El embajador croata ante la Santa Sede, Ivo Livljanic, que al mismo tiempo era el líder de esta expedición, declaró que es un gran milagro en sí, el hecho que en estos tiempos modernos, mucha gente viene a Medjugorje y aquí ora. Agregó que los embajadores fueron los grandes fautores y promotores de este viaje a Medjugorje.
La Visita del Obispo Castrense Alemán
Estos días, Medjugorje fue visitado por un obispo castrense. Su nombre es monseñor Johanes Dyba, obispo de la ciudad alemana de Fulde. Vino a visitar a las unidades militares alemanas SFOR que se hallan en Bosnia-Herzegovina. “En este viaje, Medjugorje era algo ineludible” -dijo el monseñor Dyba que al Santuario de la Reina de la Paz había llegado con un grupo de oficiales y soldados alemanes. Luego de visitar el Santuario permaneció durante largo tiempo conversando cordialmente con los franciscanos de Medjugorje, quienes le dieron a conocer los eventos relacionados con las apariciones de la Virgen en esta parroquia.