Mensaje del 25 de Septiembre de 2007

“¡Queridos hijos! También hoy los invito a todos a que sus corazones ardan con el amor más intenso posible hacia el Crucificado; y no olviden que por amor a ustedes dio su vida para que ustedes se salvaran. Hijitos, mediten y oren para que su corazón se abra al amor de Dios. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

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