Mensaje del 25 de Septiembre de 2008

“¡Queridos hijos! Que vuestra vida sea nuevamente una decisión por la paz. Sed portadores alegres de la paz y no olvidéis que vivís en un tiempo de gracia, en el que Dios, a través de mi presencia, os concede grandes gracias. No os cerréis hijitos, más bien aprovechad este tiempo y buscad el don de la paz y del amor para vuestra vida, a fin de que os convirtáis en testigos para los demás. Os bendigo con mi bendición maternal. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

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