Mensaje de María Reina de la Paz en Medjugorje el 25 de julio de 2009
“¡Queridos hijos! Que este tiempo sea para ustedes un tiempo de oración. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”
Nos encontramos ante un breve mensaje de la Virgen y tal vez nos intriga más su brevedad de la misma llamada. Pero, si pensamos un poco más profundamente, reconoceremos que en este mensaje están contenidos todos los mensajes que la Reina de la Paz ha dado en los últimos 28 años.
Es evidente que, ni después de tanto tiempo, hemos comprendido la importancia y la finalidad de la oración. De modo que para algunos la oración se ha convertido en una fórmula pronunciada de memoria, que recitan sin ser conscientes de la importancia y la belleza de esas palabras. Para algunos, la oración se ha convertido en una obligación, que cumplen en un tiempo exactamente determinado, y con un ritual arraigado. Pero hay aquellos para los que la oración ha llegado a ser una carga, y ellos mismos se han convertido en la carga para los demás porque no viven lo que oran.
La Virgen habla del “tiempo de oración”. Nos invita a que de nuestra hora, día, momento, hagamos el tiempo de oración.
¡No podemos reflexionar sobre esta llamada, sin definir lo que realmente es la oración!
– La oración es la búsqueda de Dios.
– La oración es el diálogo con Dios.
– La oración es la entrega a Dios.
– La oración es la consagración a Dios (de uno mismo y de los demás).
– La oración es la amistad con Dios.
– La oración es la convivencia con Dios.
– La oración es el cántico a Dios.
– La oración es el magníficat de Dios.
– La oración es “llenar las tinajas vacías” como en Cana, y Jesús hace milagro.
– La oración es “el lugar y el tiempo” de la transfiguración – el Tabor.
La llamada “que este tiempo sea el tiempo de oración”, es la llamada a que vivamos nuestro tiempo con Dios, sumergidos en Él. Y que viviendo la experiencia del encuentro con Él, nos convirtamos en la bendición para los demás. ¡El cristiano es un hombre feliz, porque tiene algo para dar! Estamos llamados a reconfortar a los fatigados, consolar a los afligidos, vendar a los enfermos, alimentar a los hambrientos,… Para poder responder a esa llamada – debemos rezar, llenar nuestro tiempo con Dios y con las bendiciones que nos da abundantemente.
Escrutando nuestro tiempo con Dios, nosotros introducimos a Dios en el tiempo y el espacio de nuestra generación, y así la gente queda bendecida. Escrutando nuestro tiempo con Dios, quedamos iluminados, y nos hacemos faros que enseñan el Camino recto.
Nuestras intenciones para este mes:
1. Pedimos por el don de un corazón puro y abierto, para que Dios pueda habitar en él.
2. Pedimos por los dones del Espíritu necesarios, a fin de que podamos vivir la Buena Nueva y escrutar con alegría el tiempo en el que vivimos.
3. Pedimos por los jóvenes que se han reunido en el Festival de Jóvenes en Medjugorje. Oremos para que ellos sean el ejército de María y de de los alegres seguidores de Cristo, y testimonien que en nuestro tiempo, se puede ser discípulo y testigo de Jesús.
Hermandad de la Visitación