Según informes locales, la vidente de Medjugorje Vicka ha vuelto para dar testimonio público de los mensajes de Nuestra Señora. Vicka ha tenido problemas con dolores de espalda y ha estado ausente de las escaleras de casa de su abuela durante un año mientras recibía atenciones médicas. ¡Qué maravilloso regalo de Navidad para los peregrinos!
Vicka espera poder visitar Irlanda el año que viene como invitada de Finbarr O’Leary, cuya casa en Medjugorje está cerca de las escaleras donde Vicka ha estado dando testimonio desde el inicio de las apariciones.
La siguiente pregunta fue hecha a Vicka por Fr. Livio en una entrevista con la vidente de Medjugorje en Radio Maria:
Algunos dicen que es fácil encontrar al Señor porque ves a Nuestra Señora cada día…
No es tan importante el ver a nuestra Señora, como lo es sentir su presencia dentro de ti. Es particularmente importante practicar lo que Ella nos dice en sus mensajes. Dios me ha dado el gran regalo de la paz, y no tengo palabras para expresar mi gratitud. Es una gracia que corresponde a las misiones de Nuestra Señora como Reina de la Paz. La paz creció en mí, y crece cada día, porque yo lo quería y lo sigo queriendo, y para eso rezo cada día.
¿Mi sonrisa y mi alegría? No hay nada más que quiera hacer que cumplir los deseos de Nuestra Señora. Soy su sirvienta; y le di mi vida a Ella y por eso estoy preparada para enfrentarme a cualquier cosa que Ella me pida. Ahí es donde descansa mi alegria. Desearía que otros pudieran sentirse como yo me siento y que les fuera concedida la gracias de transmitir el amor que Nuestra Señora tiene por cada uno de nosotros. Sé que es un deseo de la Bendita Virgen el transmitir su presencia a los demás, y enseñar que ella está entre nosotros.
Sabiendo que cada día tengo que encontrarme con peregrinos que vienen de todas las partes del mundo, y que sufren por diversas razones, o que están distantes de Dios, no puedo estar triste. Cada mañana cuando me levanto rezo así: “Aquí estoy Señor, aquí estoy Bendita Virgen, haced conmigo lo que deseeis.”
No podemos tener paz o tranquilidad si nos dejamos enfadar por problemas. Desafortunadamente, muchos hoy viven vidas llenas de estres y están molestos por cosas insignificantes. La gente que no tiene paz, tiene que encontrar tiempo para parar un poco y pensar en su alma; para hablar personalmente con Dios, decirle al Señor que es eso que les molesta; pedirle a Él que les libre de esas cargas. Cuando has encontrado la paz verdadera, no es fácil perderla.
Me hace feliz cuando, a veces, alquien que no sabe nada de Dios viene a mí, porque entonces le puedo transmitir a esa persona el amor de Dios, que es Padre y tan cerca de cada uno de nosotros. Entonces esa persona puede empezar lentamente a buscar Su presencia en ella y alrededor de ella. Tristemente, hay muchos que prefieren estar ciegos, y tienen sus corazones cerrados a Dios.