Miguel A. Maestre, como fundador y primer presidente, de Maternity, sintetiza en esta entrevista la razón de ser de esta asociación en defensa de la vida.
JAVIER NAVASCUÉS, EL 19.09.22 A LAS 8:03 AM
Lleva usted media vida dedicándose a atender a mujeres embarazadas que están pensando en abortar. ¿Cómo empezó su militancia provida?
Mi primer contacto con el movimiento provida fue en el año 2000, después de acudir a una conferencia sobre el trauma postaborto. Me impactó muchísimo el hecho de que, además de la crueldad que supone terminar con la vida de un ser humano, el aborto dejase unas secuelas de por vida en las mujeres, a lo que hay que sumar una herida profunda en el alma. Yo era un joven inquieto y ese mismo día decidí implicarme en el movimiento provida como voluntario de una asociación local. En aquella época el movimiento Provida se limitaba sobre todo a la reivindicación político social y a acciones culturales, no tanto en atender a mujeres que pensaban en abortar. En ciudades como Madrid iban más avanzados, pero no en las provincias.
Usted pasó de ser voluntario a dedicar su vida a la causa provida. ¿Qué le hizo dar ese paso?
En el verano del 2009 mi novia, hoy esposa, me invitó a viajar en peregrinación a Medjugorje, Bosnia, donde se decía que desde la década de los 80 se producían apariciones marianas. La verdad es que yo fui con bastante incredulidad y lo último que esperaba era tener allí una experiencia que marcaría un antes y un después en mi vida. Soy una persona bastante racional a la que le cuesta lo sobrenatural, pero pese a ello tuve una experiencia que me cambió para siempre. No solamente vi el horror que supone el aborto y las consecuencias, sino que recibí la llamada a entregarme por completo a defender la vida y acercar las almas de estas mujeres a Cristo.
El Señor me pedía a mí, con mi infinidad de limitaciones, con cantidad de defectos y miserias, consagrar mi vida a combatir el aborto. Lo hablé con la que entonces era mi novia, hoy mi mujer, sin saber muy bien si esta consagración debía ser como célibe o como un esposo y padre de familia. Su apoyo en ese momento fue fundamental. Los días posteriores tuve una lucha interna muy fuerte. El Señor me pedía dejarlo todo. Tardé mucho en hablar de lo ocurrido, me limité a ponerme manos a la obra.
Una consagración dentro de un matrimonio y con familia numerosa. ¿Cómo se compagina la vida familiar con esta consagración?
No es fácil, sobre todo cuando uno es padre de familia numerosa, pero también tengo que decir que como todo esto es obra del de arriba, nos ha dado los medios necesarios para poder compaginarlo. Mi jornada tiene 24 horas, pero parece que sea de 48.
¿Cómo nace Maternity y con qué objetivos?
Después de esos primeros 10 años de experiencia (2000-2010) decidimos poner en marcha Proyecto Maternity, cuya finalidad es ayudar a aquellas mujeres que tienen dudas sobre qué hacer con su embarazo, ofreciéndoles una alternativa al aborto. Pero no solamente eso, nuestra misión no es solo salvar vidas, sino también y sobretodo ayudar a la salvación de las almas, acercar a estas mujeres a Cristo, compartir con ellas nuestra fe, bautizar a sus hijos, acercarlas a ellas a los sacramentos, no sólo a las que deciden continuar, sino también las que por desgracia deciden abortar, para ellas también es Maternity… Si el sí de una madre a continuar adelante con el embarazo es una verdadera alegría, más lo es aun cuando deciden bautizar a sus hijos o cuando ellas mismas deciden dar el paso. De algo tan terrible como un aborto puede nacer algo tan maravilloso como una conversión.
Dentro de todas las organizaciones provida, ¿qué es lo más específico de ustedes?
Bueno, nosotros desde el primer momento hemos tenido un carisma propio que se ha ido desarrollando a lo largo de los años. Lo que siempre he tenido claro es que, si bien tenemos la obligación moral de animar a toda mujer a seguir adelante con su embarazo, no podemos caer en la hipocresía de no ayudarla en todo lo que necesite y dejarla sola. Por eso, desde el principio hemos intentado cubrir todas las necesidades que una mujer puede tener ante un momento así. El tiempo y la experiencia nos ha demostrado que más que una ayuda material lo que estas mujeres necesitan es acompañamiento, escucha, cariño, mucho cariño… pero no podemos olvidar que también hay que cubrir sus necesidades. Esto requiere un gran esfuerzo por nuestra parte, humano, material y económico. No solamente cubrimos sus necesidades materiales, sino que también impartimos formación profesional para facilitar su incorporación al mercado laboral. Queremos que sean mujeres de éxito, que no dependan de nadie.
En estos 12 años de Maternity hemos sabido crear un modelo propio, una manera propia y diferenciada de atender a estas mujeres. Hemos tenido que desarrollar una técnica que nos permita, respetando su libertad, ayudar a estas mujeres a tomar la decisión de continuar adelante con su embarazo. A lo largo de todos estos años son miles las mujeres que hemos atendido y de ellas hemos ido aprendiendo. Y siempre sin perder nuestro objetivo: Nosotros no hemos nacido para ser una entidad de ayuda a embarazadas o lactantes en general, para eso ya hay otras instituciones como Cáritas; nosotros somos una respuesta para aquellas mujeres que están pensando en abortar.
¿Cómo se fueron extendiendo por diferentes ciudades? ¿Tienen previsto seguir creciendo?
Maternity nació para crecer y llegar allí donde una mujer nos necesite. Comenzamos en Bilbao, mi ciudad natal, y poco a poco hemos ido extendiéndonos a diferentes ciudades: Barcelona, Zaragoza, Huesca… y desde hace unos años hemos empezado a trabajar en Hispanoamérica. Siempre estamos abiertos a poder iniciar la labor en cualquier ciudad. Nos escriben y llaman de distintos puntos, este año hemos formado gente en Colombia y Chile. Basta con que alguien nos pida ir para que nosotros vayamos. Lo rezamos y nos lanzamos.
¿Cuál sería el balance de la labor que habéis hecho hasta ahora en estos años?
Además de conseguir tener un modelo de intervención, atención y acompañamiento propio, buscando siempre la profesionalidad y el poder dar a las mujeres el mejor servicio, hemos conseguido salvar miles de vidas y ayudar a muchísimas mujeres a continuar adelante con su embarazo siendo madres de éxito y acercándolas al Señor.
Además hemos conseguido ser un referente en la ayuda a la mujer embarazada y lactante y contar con el respeto de las instituciones. Somos capaces de poder ser una alternativa para muchas mujeres que se ven abocadas al aborto por soledad, abandono, incomprensión… conseguimos que 9 de cada 10 mujeres que llegan nosotros continúen adelante con su embarazo.
Nueve de cada diez, ¿qué papel juega la oración en todo esto?
La oración es fundamental en esta batalla. Tenemos cantidad de gente que reza a diario por nuestra labor. Sino sería imposible. Al final no somos más que herramientas. Nosotros no hacemos nada. Solo nos dejamos llevar por quien todo lo puede.
¿Cuántos bebés calcula que han podido salvar?
Todas las semanas nos ponemos delante de los abortorios para ofrecer nuestra ayuda a las mujeres que allí van. Es difícil saber cuántas finalmente deciden tener a sus hijos; lo que sí sabemos es que son más de 2000 las mujeres que hemos atendido en nuestros centros y que han decidido continuar adelante con su embarazo. Mujeres que llegan con la intención de abortar y finalmente deciden continuar adelante. Todas las semanas, además de las mujeres que atiendo a pie de abortorio, atiendo a muchas embarazadas que vienen a nuestro centro; de ellas es de quien más he aprendido.
Su objetivo final no solo es salvar vidas, sino que esos niños que nazcan sean bautizados….aunque curiosamente no les hablan a las madres directamente de Dios. ¿Cómo es ese proceso de acercarles desde el plano natural al sobrenatural?
Yo creo que se predica con el ejemplo. Una vez que ya han decidido tener a sus hijos continúan vinculadas a nosotros, y son ellas las que quieren saber por qué hacemos todo esto. Ellas son las primeras en descubrir que hay algo más grande que nos mueve y quieren conocerlo. Lo primero es que sientan ese amor infinito de Dios que nos mueve a nosotros a hacer lo que hacemos. Después ya viene el resto. Tenemos grupos de catequesis donde muchas han iniciado un camino de conversión, algunas piden el bautismo, otras se confiesan después de muchos años… Mire, en el último bautismo que tuvimos en julio, fueron 10 los niños bautizados. Solo por eso, ya ha merecido todo la pena.
¿Cómo insertan su labor dentro de la vida de la Iglesia en las diferentes diócesis que actúan?
Maternity es una entidad independiente, y cuidamos mucho nuestra independencia. Por deferencia, siempre que llegamos a una ciudad, nos presentamos ante el obispo. Pero que seamos independientes, no significa que no seamos Iglesia. A ella servimos con nuestro apostolado.
¿Qué proyectos tienen de cara al futuro?
Nuestra idea es ir consolidándonos, llegar a un mayor número de mujeres, estar presente en la mayoría de los centros en los que se practican abortos, poder actuar en los centros públicos, que ninguna mujer tenga que verse obligada a abortar. Para ello queremos formar nuevos voluntarios. La formación es fundamental. Uno no puede lanzarse a la aventura; estamos hablando de una mujer que necesita nuestra ayuda, no podemos hacer experimentos. Yo siempre digo que mi manera de ayudar a las mujeres hace 20 años no era igual que ahora, la situación ha cambiado, la mentalidad también, y por desgracia el aborto se ha ido consolidando. Por otro lado queremos abrir centros de acogida en los que las mamás puedan vivir.
¿De qué manera se puede colaborar con ustedes?
El hecho de ser una organización que se financia al 100% de la providencia sin recibir ninguna subvención pública, dificulta mucho nuestra labor. Es verdad que nuestra pobreza es el precio de esta independencia, pero con nuevos socios y benefactores podríamos llegar a un mayor número de mujeres sin perder esa independencia. Por otro lado, necesitamos voluntarios. Es importante que la gente se implique. Habrá quien no puede colaborar económicamente, pero sí puede hacerlo con su tiempo.
Por Javier Navascués