Mensaje del 25 de Enero de 2010

«Queridos Hijos: Que este tiempo sea para vosotros tiempo de oración personal, para que en vuestros corazones crezca la semilla de la fe, y pueda crecer en testimonio alegre para los demás. Yo estoy con vosotros y deseo exhortaros a todos: creced y alegraos en el Señor que os ha creado. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada! »

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