El P. Antonello Cadeddu, sacerdote italiano, ha estado en Medjugorje. Es sacerdote desde hace 33 años y durante los últimos 20 ha estado en San Paulo, Brasil. Ha fundado una comunidad junto con otro sacerdote, el P. Enrico, llamada “Alleanza di Misericordia” que se ocupa de los pobres y de las familias abandonadas que viven en la calle.
La primera vez que vino a Medjugorje lo hizo como director espiritual de un grupo de peregrinos. “Desde 1981 siempre he oído hablar de Medjugorje en Italia, pero como estaba ocupado con muchas actividades, nunca me interesó demasiado. Vine porque un grupo de peregrinos me invitó para que les acompañase como director espiritual. Después, volví a Brasil y en abril del año 2000 me volvieron a invitar junto con el P. Enrico. Recuerdo a un periodista que vino unos días por curiosidad y Medjugorje cambió su vida. No podría decir lo que sucedió en su corazón, pero era una persona completamente nueva. Todo el que viene a Medjugorje cambia, en él renace el deseo por la oración y la Eucaristía. Creo que Medjugorje tiene esto de característico: la simplicidad de la vida cotidiana tan evidente, como en otros lugares de apariciones marianas.” El P. Antonello destacó que los mensajes de la Virgen son simples, tocan nuestros corazones y nos ayudan a caminar y a crecer en nuestro camino espiritual: “Siento que la Virgen nos ayuda a todos, que Ella ayuda a nuestra comunidad y a todas las demás personas del mundo a vivir la Palabra de Dios, la Eucaristía y la Sagrada Escritura. Estas indicaciones tan simples que nos da la Gospa son consejos espirituales de peso para cada uno. Lo compruebo en las personas de la calle: cuando les ofrecemos las cinco piedrecitas que la Gospa nos da – Eucaristía, Rosario, Biblia, ayuno y Confesión- se alegran muchísimo. Esos son los principales mensajes de la Virgen”, declaraba el sacerdote italiano Antonello Cadeddu.