J.M.J
27 de Enero de 2015
Sta. Angela Merici
¡Querida familia de María!
“Queridos hijos, también hoy os invito a vivir en oración vuestra vocación. Ahora más que nunca, Satanás quiere sofocar, con su viento contagioso de odio y de inquietud, al hombre y su alma. En muchos corazones no hay alegría porque no está Dios ni la oración. El odio y la guerra crecen día a día. Os invito, hijos míos, a empezar de nuevo con entusiasmo el camino de la santidad y del amor, porque por eso Yo he venido entre vosotros. Juntos, seamos amor y perdón para todos aquellos que solo saben y quieren amar con el amor humano y no con el inmenso amor de Dios al cual Él os invita. Hijos míos, que la esperanza en un mañana mejor esté siempre en vuestro corazón. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”. (25 de Enero de 2015)
“También hoy os invito a vivir en oración vuestra vocación.”
Estoy intrigada por esta llamada de Nuestra Madre. Me indica que viva la vida que he escogido, mi estado de vida, en constante oración. En otras palabras, mi estado de vida, mi camino elegido, debe estar impregnado de oración, saturado por la oración, lleno de oración, constantemente dirigido por la oración. Mi vocación es ante todo, ser una esposa y madre. Yo vivo para servir a mi familia. Por lo tanto, vivir mi vocación en la oración es vivir mi vida de servicio y amor por mi esposo y familia con mis ojos puestos en Dios, siempre en comunión con Él, en la oración.
Por supuesto sabemos que no podemos rezar todo el tiempo. Pero hay una manera de ser siempre conscientes de Dios, conscientes de su presencia, su amor y su llamada. El hermano Lorenzo de la Resurrección, un fraile carmelita francés escribió lo que él llamó “La Práctica de la Presencia de Dios” en el que simplemente compartió cómo es posible orar constantemente:
La práctica que es más sagrada, más habitual y más necesaria en la vida espiritual es la práctica de la presencia de Dios. Esto es, disfrutar y acostumbrarnos a su compañía divina, humildemente hablando y conversando amorosamente con Él en todo tiempo, en cada momento, sin regla o medida; y especialmente en los momentos de tentaciones, sufrimientos, sequedad, y auto-disgusto, e incluso en las infidelidades y pecados. Debemos dedicarnos continuamente para asegurar que todas nuestras actividades no sean un modo de mantener pequeñas conversaciones con Dios, no palabras estudiadas, sino aquellas que salen de la pureza y sencillez del corazón…
Debemos, en nuestro trabajo y en otras acciones, incluso durante nuestra lectura, incluso la lectura espiritual, durante nuestras devociones externas y oraciones vocales, detenernos por un instante tan a menudo como podamos, para adorar a Dios en lo más profundo de nuestros corazones, saborearlo rápidamente y como si fuera a escondidas, alabarle, pedirle ayuda, ofrecerle nuestros corazones y darle las gracias. ¿Qué otra cosa podría ser más agradable a Dios que dejar a un lado las cosas creadas mil veces al día, para recogernos y adorarle interiormente?
Para estar con Dios, no es necesario estar siempre en la iglesia. De nuestro corazón podemos hacer un oratorio, en el que podamos retirarnos de vez en cuando para conversar con Él. Todo el mundo es capaz de establecer esta conversación familiar con Dios.
Creo que el hermano Lawrence describe bien lo que significa vivir nuestra vocación en la oración. Sí, tenemos que tener horas fijas para la oración como la Virgen nos ha enseñado. Estos momentos de oración nos animan y nos fortalecen para la oración constante durante los deberes ordinarios.
Cuanto más podamos conversar con el Señor, más fuerza tendremos para ser el amor, el perdón y la esperanza para este mundo tan triste y cansado que vive sin Dios.
¡En Jesús, María y José!
Cathy Nolan
Fuente: https://www.marytv.tv/daily-reflections/1553-01-27-15-live-your-vocation-in-prayer
Traducción del inglés a cargo del equipo de www.virgendemedjugorje.org