Maria Pia Piacioni estaba afectada por una grave enfermedad que la estaba llevando a la inmovilidad. Por eso viajó al santuario. Cuando volvió, percibió un calor extraño. Su vida ha cambiado.
El testimonio de Maria Pia es sobrio pero preciso en los recuerdos. Mientras caminaba noté como si alguien me acariciara la espalda y las piernas ya no me hacían daño. Pensé: pero ¿quién me ha tocado? Me giré y no había nadie, la calle estaba desierta.
Sus palabras.- Estamos en el barrio nuevo del Colle San Roco, una serie de casitas en la orilla, en el barrio de Montottone. Hace dos años a primeros de mayo contrajo una grave enfermedad irreversible, caminaba con dificultad y con la ayuda del bastón ortopédico. Quiere llegar hasta el prado verde que se encuentra a unos 70 metros de su casa. Pero de golpe sucede algo extraordinario: “me doy cuenta de que las piernas ya no me duelen. Percibo que un calor indescriptible y una ligera descarga eléctrica me atraviesa el cuerpo. Duró pocos segundos, me giré y había acabado todo.” Continúa contando: “cogí mi bastón ortopédico, lo puse bajo mi brazo y me fui andando hacia casa sin apoyarme en nada por primera vez después de tantos años. Lloraba y reía y decía “Señor, eres grande”. No había nadie, me sentía sola con Jesús. Entré en casa, di la vuelta a la mesa y alargué los brazos sin apoyarme en ninguna parte. Podía caminar incluso a paso ligero. He vuelto a vivir.“
Una enfermedad irreversible: 10 de mayo de 2012. Es el mes dedicado a la Virgen .La señora Maria Pia de 62 años había vuelto de Medjugorje el día anterior. El viaje de la fe y de la esperanza. Viuda y con un hijo de 24 años, luchaba contra una enfermedad terrible, irreversible y en la mayoría de los casos casi incurable. La mielitis es una inflamación de la médula espinal que te va paralizando día a día las articulaciones y con los años te va reduciendo cada vez más la movilidad hasta el punto de dejarte en silla de ruedas. Ante este panorama, la señora Pacioni se apunta a una peregrinación a Medjugorje. A su regreso de este pequeño pueblo de Herzegovina, donde en 1981 empiezan las apariciones marianas más largas de la historia, vuelve a caminar sola y desaparece el dolor. Su historia es una de las historias más emocionantes que se recogen en el libro Rayos de Luz de Paolo Brsosio, que saldrá a la venta los próximos días y que os anticipamos en exclusiva.
Nos hemos abrazado llorando. Maria decide no decir nada a su hijo Piergiorgio, asesor comercial, quiere darle una sorpresa y así cuando llega a casa a la hora de comer se encuentra en medio de la sala, de pie. “Me ha visto con lágrimas en los ojos de pie y sin bastón. No ha dicho nada, me ha abrazado y nos hemos puesto a llorar y hemos estado abrazados muy fuerte.” Emocionada por la curación, la señora Piacioni empieza a subir las escaleras corriendo y como si fuera una niña ante la mirada atónita de su hijo que preocupado le dice: “mamá no te pases ¡Por el amor de Dios para! ¿Qué haces? Vivir ese momento ha sido increíble. Uno escucha en la televisión grandes milagros pero otra cosa es vivirlo en primera persona, en directo con tu madre. Estaba muy feliz pero al mismo tiempo estaba aterrorizado pensando que mi madre se pudiera hacer daño, que cayera y que todo se terminara allí”
Con los ojos lúcidos. No se acabó todo. Maria Pia Pacioni va a visitar al profesor Francesco Logullo, una eminencia en neurología, el mismo que le había diagnosticado la mielitis grave e incurable. El 14 de junio de 2013 Maria Pia se ve con el médico en el Departamento de Neurología del Hospital de Ancona. Logullo está profundamente emocionado y sorprendido viendo cómo Maria Pia camina sin problemas y sin dolor, sin bastón y sin la faja ortopédica que le apretaba el tórax.
Una confesión fuera de lo común: Al final de la visita exhaustiva que le hace el médico, el doctor escribe en su historia clínica que el examen neurológico es normal, completamente diferente al que había diagnosticado antes.
Cuando Maria Pia estuvo en Medjugorje no sucedió nada, se curó a la vuelta. Pero allí ya hubo algún singo premonitorio. Durante la fatigosísima subida al monte Krizevac y Pobrdo donde la ayudan permanentemente, huele un intenso olor a rosas aunque en esas colinas no hay rastro de esta flor. “Pero lo más extraordinario sucede cuando decidí ir a confesarme a la parroquia de San Giacomo. Entré en el confesionario y el sacerdote me preguntó de dónde era, le respondí italiana y el cura me preguntó de qué región y yo le dije de la Marche , de un pueblecito de la provincia de Ascoli. Maria Pia lo dice así porque la provincia de Fermo es nueva y aún no la conoce nadie. Pero el confesor le dijo “tú vienes de Fermo. La señora Piacioni se quedó perpleja y sin palabras y pensó “¿pero cómo lo ha sabido?”
Es tal la sorpresa que no se acuerda ni tan siquiera de preguntarle cómo sabe estas particularidades. El sacerdote es un hombre de unos 50 años, con barba un poco afeitada y ojos azules profundísimos. “Quería confesarme de todos mis pecados pero no me da tiempo y mirándome y poniéndome la mano sobre la cabeza me dijo “Hija mía has obtenido la Gracia”.
Fuente: https://www.oggi.it/attualita/notizie/2014/03/07/miracolo-a-medjugorje-parla-maria-pia-pacioni-cammino-di-nuovo/