Si piensas que no sabes ninguna cita bíblica, pero oras el Rosario, en verdad que sabes veinte citas bíblicas. Cada misterio es una cita. Ejemplo, primer misterio gozoso: “El anuncio del Ángel Gabriel a María Santísima”, es la cita bíblica del Evangelio de san Lucas (Lc 1,26-38). Así sucesivamente, cada misterio es una acción central que realizó Jesucristo, y está en uno de los cuatro evangelios, o en Apocalipsis 12, que habla de “La Coronación de María como Reina Universal” y de “La Asunción de María”.
Con el Rosario puedes hacer Lectio Divina, medita cada misterio y estarás meditando la Sagrada Escritura.
Con el Rosario podemos orar por las intenciones de nuestra Madre. Tener conciencia activa para alejarnos del pecado y estar más cerca de Dios. Consiste en leer un texto, grabarlo en el corazón y la mente y pensar todo el día en él para que cuando llegue la tentación tengamos la fuerza y el auxilio de Dios. (Cf Palabras de María p. 23)
El Rosario lo pueden orar todos. Para los que están empezando lo deben hacer por fe, es decir, creyendo que es eficaz aunque no le encontremos el gusto al principio. También es para aquellos hombres y mujeres que ya tiene un grado de fe elevada los cuales pueden tener mediante su rezo acceso a una oración de meditación y contemplación al estar basado en las Palabras del Evangelio.
Además, si quieres aprender a llegar a la oración de contemplación puedes centrar tu corazón en el misterio enunciado que será una fuente de la que manará el dulce sabor de la miel o la fuente de agua viva que te quitará la sed, o deleitarte en el caudal de la mejor noticia que hasta el momento el ser humano ha recibido. Esta noticia ha salido de las entrañas de Dios y se fermentó desde toda la Eternidad en Dios solo para embriagar a la mujer más amada por Él, María Santísima. De ahí que, la fuente, es el misterio anunciado y, el caudal o manantial, es el saludo del Ángel.
Con el Rosario encontrarás el corazón del Evangelio que es Jesucristo y a la vez hallarás lo central de la enseñanza de Jesucristo, el amor que es el mismo corazón del Evangelio, porque Dios es amor. En la exhortación Gaudate et Exsultate el Papa Francisco dice: «porque la misericordia es el corazón palpitante del Evangelio» (cf #97).
Lo más maravilloso es que el cien por ciento de lo que rezamos y meditamos en el Rosario es accesible para cualquier ser humano, y es reafirmado por Jesús cuando lleno del gozo del Espíritu Santo dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a los ingenuos” (Lc. 10,21).
De este modo, estos tesoros del Rosario pueden ser «descubiertos» cada día en el mundo por la gente sencilla, los pobres, los enfermos, los viejitos, etc.
Fuente: www.centromedjugorje.org