Los ojos de una madre te tocan el alma y te conectan con lo más íntimo de tu ser. En realidad, estremece las entrañas al recordar la unión que hubo en el principio de nuestras vidas. Todos pudimos sentir el lado sensible de nuestra madres, cuando por diversas circunstancias experimentaban ciertas emociones profundas y muy fuertes, las cuales nosotros también vivíamos desde el interior dentro de las entrañas de ella, donde Dios nos iba formando.
Qué lindo son los ojos de una madre que conoce a sus hijos siempre. Solo basta que vea a su retoño y ya sus entrañas se estremecen. Eso hace que una madre sea el refugio más seguro. Nada hay más grato que el abrazo de una madre. Aún en aquellas que por diversas circunstancias hayan fallado, ten ánimo, les queda una esperanza y es la vida eterna, aceptando el perdón que da Cristo para que tengan vida eterna.
Si los ojos de nuestras madres son hermosamente preciosos, cuánto más los de nuestra Madre María Santísima. La inquietud que nos surge es como hacemos para sentirnos amados y mirados por los ojos de ella, la mejor madre. Ante esto creo nos ayudan mucho las imágenes o cuadros de María Santísima. Para muchas personas no es fácil comprender algunas de las imágenes que ha usado la Iglesia como elementos pedagógicos para entender el misterio de Dios. Pero si observamos detenidamente está realidad teológica de las imágenes es fácil de comprenderlos.
Las imágenes, algunas, son palabra de Dios. Puesto que son escenas bíblicas representadas en lienzo o escultura de la Palabra escrita. Hay excepciones, como son las imágenes de los que representan a quienes vivieron el Evangelio hasta alcanzar la perfección, “los santos”, los cuales no están en ninguna escena bíblica pero si vivieron la Palabra. En cuanto a María ella si está en la Biblia. Pero lo más grande es que ella ha estado en el corazón de Jesús desde toda la eternidad. Además ella lo siente desde las entrañas para siempre. Y todas las imágenes que representan a María, representan muchas de las virtudes que ella vive en su corazón.
Y por eso hablo de la mirada. Muchos cuadros de esta Maravillosa Madre tienen unas expresiones que te pueden hacer sentir esa gracia que representan. Hay unas miradas que expresan dolor y silencio. Otras que demuestran cansancio pero con paz y esperanza. Hay otras miradas que manifiestan la sólida presencia del cielo. Otras, un amor tan profundo que sana las heridas. Eso podemos descubrir en cada imagen que plasma y expresa los sentimientos de la mejor Madre, María Santísima.
Ella, en realidad, es nuestra madre y nos acoge en sus brazos, desea que confiemos en su amor y tomemos su mano para decidirnos por la santidad. El mensaje del 2 octubre de 2018 nos invita a escuchar a esta gran Madre, para que podamos “conocer el amor de mi Hijo, que es la dicha más grande, para que las manos de mi Hijo puedan abrazaros”. Dejemos que ella nos mire con su inmenso amor y nosotros vayamos con cincuenta rosas a su encuentro todos los días de este mes.
Fuente: www.centromedjugorje.org