Carmel Kelly, veterana peregrina irlandesa de 79 años, trajo a su grupo número cien a Medjugorje hace unos días. Vino por vez primera a Medjugorje en 1997 para acompañar a su marido. Esto es lo que nos contaba al respecto: “Hasta 1997 solía ir a Lourdes cada dos años. De Medjugorje no sabía absolutamente nada. Mi marido, que nunca había venido a Lourdes ni jamás quiso acompañarme a ningún destino religioso, leyó una vez algo sobre Medjugorje y me dijo que quería venir. Era la primera vez que manifestaba interés por hacer una peregrinación, así que hice una reserva para los dos para el 22 de mayo de 1997. A principios de mayo de ese mismo año comenzó a sentir un dolor en el pecho y los médicos le diagnosticaron una grave infección de corazón. En abril nos comunicaron a toda la familia que mi marido tenía un cáncer de pulmón que se le estaba extendiendo a ambos pulmones y que tenía también una enorme masa en la zona del pecho. Le comenté al doctor que habíamos planeado ir a Medjugorje el 22 de mayo, y me contestó que mi marido no podía ir a ninguna parte. Yo por aquella época aún confiaba en que se recuperaría con el tratamiento. Me dijeron que nos guardaban el importe de la peregrinación dos años, así que cuando fui al hospital y le dije a Bill que iríamos a Medjugorje cuando estuviese bien, me dijo que fuera yo sola si él no mejoraba. Le contesté que yo iba a Medjugorje porque era a él a quien le interesaba, pero me insistió y le tuve que prometer que iría a Medjugorje y que llevaría a mi amiga Agnes por él. Bill falleció el 12 de mayo, diez días antes de la fecha en que hubiéramos venido a Medjugorje. Cinco semanas después de su muerte, llamé a Agnes y le dije que tenía una reserva para un viaje para las dos, tal y como le había prometido a Bill que haría. Llegamos a Medjugorje el 24 de junio de 1997 sin saber que era el día del aniversario de las apariciones. Hacía muchísimo calor y el único motivo por el que fui era por cumplir la promesa que le hice a mi marido -yo planeaba continuar con mis peregrinaciones a Lourdes tras ese viaje. Todo esto fue lo que me llevó a Medjugorje por primera vez.
Por otra parte, allí recibí una gracia especial y comencé a traer grupos de peregrinos. Traje al primer grupo de 28 personas en mayo de 1998. En octubre de ese mismo año acompañé a otros dos grupos; y así durante los cuatro años siguientes llevé a diez grupos al año. Venía a Medjugorje dos semanas, volvía a casa otras dos, y regresaba de nuevo a Medjugorje: este era el ritmo durante la temporada de peregrinación. Continué viniendo aunque soy un poco mayor, de hecho ya empecé a venir a una edad bastante avanzada. Ojalá hubiera conocido este lugar cuando era más joven, pero está claro que no entraba en los planes de Dios. La Virgen María tenía un plan para mí y Se sirvió de mi marido para llevarlo a cabo. Medjugorje lo es todo para mí -desde que murió mi marido toda mi vida gira en torno a Medjugorje.”
Carmel nos comentaba que tenía dos hijos: “Mi hijo mayor, Tony ha venido por primera vez conmigo. No había estado nunca antes y no sabía que esta era mi centésima vez hasta que llegamos. Por ahora no habla mucho de Medjugorje, pero lo ve todo muy positivo. El que haya venido conmigo este año es todo un milagro para mí. Estoy planeando volver porque le he prometido a la Gospa que continuaré trayendo peregrinos mientras Ella los ponga en mi camino.”
Fuente: www.centromedjugorje.org