16/10/2014 – La dinámica del ébola

gospa-16“Queridos hijos, con amor materno les ruego: ámense los unos a los otros. Que en sus corazones esté siempre, como mi Hijo lo ha querido desde el principio: en el primer lugar, el amor hacia el Padre Celestial y hacia su prójimo, por encima de todo lo terrenal. Queridos hijos míos, ¿acaso no reconocen los signos de los  tiempos? ¿Acaso no se dan cuenta que todo eso que está en torno a ustedes —lo que está sucediendo—, es porque no hay amor? Comprendan que la salvación está en los verdaderos valores. Acepten el poder del Padre Celestial, ámenlo y respétenlo….”

En este post me voy a fijar sólo en una parte del ultimo mensaje de la supuesta aparición de Medjugorje a Mirjana (2 de octubre). Estoy seguro que el mensaje se puede comentar de muchas maneras mejor que ésta, pues el mensaje no tiene desperdicio.

En estas líneas quiero aplicar el mensaje a algo muy concreto, a lo que podríamos llamar la dinámica del Ébola. Llamo así, a esa dinámica que se repite un día sí y otro también en la vida pública, que ante cualquier problema de orden público, como el ébola, la sedición catalana, el prestige, la corrupción, el 11-M, las huelgas etc…. lo único que se oye es el griterío de la torre de Babel: Mentiras, insultos, morbo televisivo, revancha politica, bajezas de todos los colores, reproches de todo tipo.

Es la dinámica del ébola. Es la diosa razón, alejada del amor y de la verdad. Y no, esta dinámica no ayuda a resolver estas situaciones sociales difíciles, pues endurece los corazones, aumenta la confrontación entre las personas y entre las instituciones públicas etc…Creo que más bien se trataría de hacer lo contrario, de hacer examen de conciencia, y pedirle a Dios una vez más, que cambie nuestro corazón de piedra por un corazón de carne, dejemos la confrontación, y arrimemos el hombro.

medjugorje-un-pueblo-milagroso-entre-montanas-3El hombre, la sociedad, está llegando a su nudo gordianoNo puede hacer nada sin Dios. El hombre centro del universo, busca en sus escasas capacidades humanas, la solución a problemas que le sobrepasan. No encuentra la solución a estas crisis que están ocurriendo. Se empieza a dar cuenta que ni la política, ni la ciencia, ni la vida pseudo-espiritual, ni las huelgas salvajes, ni el capitalismo salvaje, solucionan las situaciones sociales complicadas que nos tocan vivir. A un problema le sale otro mayor. Ocurre todo esto, porque estamos más ciegos que nunca, sin la luz del Creador, resolvemos y decidimos mal, agrandamos los problemas en vez de reducirlos, es la deseperación de un mundo sin Dios, de un mundo que no perdona el error. Es esta la espiral, la dinámica en la que estamos inmersos… “¿Acaso no reconocen los signos de los  tiempos? ¿Acaso no se dan cuenta que todo eso que está en torno a ustedes —lo que está sucediendo—, es porque no hay amor?”   

La solución está en lo que dice el mensaje: “Que en sus corazones esté siempre, como mi Hijo lo ha querido desde el principio: en el primer lugar, el amor hacia el Padre Celestial y hacia su prójimo, por encima de todo lo terrenal. Queridos hijos míos, ¿acaso no reconocen los signos de los  tiempos? ¿Acaso no se dan cuenta que todo eso que está en torno a ustedes —lo que está sucediendo—, es porque no hay amor? Comprendan que la salvación está en los verdaderos valores. Acepten el poder del Padre Celestial, ámenlo y respétenlo…”

Esta es la dinámica de la Reina de la Paz, la dinámica del Evangelio, es la dinámica de la vida y la alegría, propias de un corazón de carne. En definitiva es la explicación y la solución que nuestra Madre nos propone desde hace muchos años: Lo que está sucediendo es porque no hay amor.

Empecemos a orar por Teresa y se curará, Ella ha contraído esta enfermedad por ayudar a este misionero enfermo. Dejemos de echarnos la culpa unos a otros. Con oración y amor la sacaremos adelante, reconozcamos que la sabiduría humana tiene límites y que sin Dios no podemos hacer nada, y si al final conseguimos librarnos de esta plaga que nos amenaza, sepamos también agradecerle al Creador su poder, que es el que nos aleja de todo mal.

OREMOS CON TODA NUESTRA ALMA POR TERESA
Autor: Luis Lopez-Cozar