Padre Livio.- Hola Marija!
Marija.- Hola Padre Livio. Saludo a todos los oyentes de Radio María con mucha alegría porque hoy es 25 de junio, el 34 aniversario de las apariciones. Hoy la Virgen nos ha dado el siguiente mensaje.
«Queridos hijos, también hoy el Altísimo me concede la gracia de poderos amar y de llamaros a la conversión. Hijos míos, que Dios sea vuestra mañana, no la guerra ni el desasosiego, no la tristeza sino la alegría y la paz deben reinar en los corazones de todos los hombres, y sin Dios nunca podrán encontrar la paz. Hijos míos, por eso volved a Dios y a la oración para que vuestro corazón cante con alegría. Yo estoy con vosotros y os amo con inmenso amor. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!»
Padre Livio.- Marija, como has vivido esta jornada en Medjugorje?
Marija.– En Medjugorje la Virgen canta, canta de alegría y canta de oración porque cada año estamos agradecidos a Dios y a la Virgen por su presencia. Sabéis que últimamente los periodistas hablan, los periodistas se inventan tantas cosas, pero lo más bonito es que cuando estás en Medjugorje no piensas en el mañana, piensas en el ahora porque la Virgen está con nosotros. Y en estos días de un modo especial, en los días de la novena, por la mañana antes de que salga el sol vamos cantando, rezamos durante el día y durante la noche se ven las luces que van arriba y abajo de la colina de las apariciones. Ayer hubo adoración toda la noche, esta noche habrá adoración durante toda la noche para dar gracias a la Virgen por su presencia y sus mensajes. Nos invita a rezar por todas las vocaciones, por todas las personas que están aquí, por todas las personas que se han convertido en Medjugorje y por todos los dones de curación, los dones de las conversiones y los dones de las confesiones.
El amanecer es tan bonito aquí en Medjugorje que lo único que sentimos en el corazón es la ternura de Dios. Y me gustaría compartirlo con vosotros y deciros que Dios es bueno y misericordioso con nosotros, nos da a su Madre, nos da la paz, nos da a la Reina de la paz y esto es una alegría inmensa. Hoy estamos alabando a Dios y dándole gracias por cada don que nos ha dado. La Virgen nos invita a la conversión y sobre todo nos dice que “el Altísimo me concede la gracia de poderos amar”. La Virgen con inmenso amor nos está amando como los primeros días de las apariciones.
Padre Livio.- Oye Marija, cuéntanos… ¿qué fue para ti ese 25 de junio de 1981? ¿El día antes cuando aún no habías visto a la Virgen?
Marija.– El 24 de junio entré en casa. Mis padres habían llevado a mi hermana a un campo lejos de casa, pensando en el comunismo de la opresión, de la prisión y tantas veces también de la muerte. Mis padres estaban asustados y pensaron “que Dios nos ayude”… era como abrazar la cruz. En cambio el Señor pensó que nuestra familia debía permanecer allí. En casa estábamos el pequeño Jakov y yo. Hace unos días ha aparecido un vídeo casero con imágenes de los primeros meses de vida de Jakov donde estaba mirando una cámara de fotos y era tan simpático y tan pequeño. Ver de nuevo este vídeo me ha dado una gran alegría porque era un niño muy risueño, rubio, y era muy curioso y mirando esta película me he dado cuenta de que éramos muy inocentes, que éramos muy de Dios y de la Virgen. En nuestra casa se rezaba, estaba Dios, también la Virgen, y cuando le preguntamos porqué había venido dijo “porque he encontrado la fe viva y gracias a Dios esta fe aún está viva hoy en día”.
Padre Livio.- Así pues tú estabas allí en casa con Jakov…
Marija.– Sí, estaba con Jakov en casa porque tenía que preparar la cena… después Vicka sintió el deseo de “salir”, llamó a mi hermana y le dijimos “Pero, ¿dónde vas?” y Vicka dijo “noto la necesidad de ir allá…. venid vosotros también.” Fuimos al pie de la colina y vimos una gran luz… nosotros estábamos allí y la Virgen estaba en el monte… primero llegó la luz, luego Ella.
Ella con la mano nos invitaba a ir, a acercarnos a Ella pero no nos atrevíamos. Estaba lejos, a más de 300 metros de nosotros, pero su amor nos tomó ya desde aquel instante. Estábamos asustados, no sabíamos qué hacer o cómo reaccionar. La Virgen era como un imán que nos atraía, ¡su amor era atrayente! Desde aquel momento ya empezamos a decir “¡La Virgen nos llama, debemos ir!”. Empezamos a correr y quien estaba cerca de nosotros decía que “volábamos” y nadie podía alcanzarnos…
Padre Livio.- Entre espinas y rocas…
Marija.– ¡Rocas y espinas! ¡El mismísimo Jakov acabó en un arbusto donde había un nido de avispas! Le rodeaban por todas partes pero no sintió nada porque prevaleció el amor de la Virgen. ¡Cuando acabó todo ninguna avispa le había picado!
Padre Livio.- Y… ¿cómo llegasteis ahí abajo pues?
Marija.– Nos acercamos a la Virgen y aún hoy ¡no tengo palabras para describir lo que sentí! Tenía dentro de mí gozo porque la presencia de la Virgen era la presencia de Dios que llena nuestro corazón, y cuando tienes a Dios en tu corazón el resto no importa… Lo importante es Ella, su presencia que nos lleva a Dios, permite que nos enamoremos de Ella y que a través de Ella nos ha llevado del monte de las apariciones hasta la iglesia y dice “¡poned a Dios en primer lugar en vuestra vida!”.
Empezó a hablarnos de Dios, a rezar con nosotros y empezamos a seguirla. La Virgen dice que Ella y su presencia deben ser una invitación para acercarnos a Dios”.
Desde los primeros días, a pesar de que Ella no habló, su presencia era oración. Después, poco a poco, el tercer día, el cuarto, etc., la Virgen empezó a orar y a hablar.
Cuando le preguntamos “¿por qué nos has elegido a nosotros? nosotros no somos los mejores”, Ella respondió: “Dios me ha permitido escoger y os he elegido a vosotros”, ¡así sentimos el deber de responder a Su llamada!
Padre Livio.- Oye Marija, tú desde el día 26 de junio (y luego cuando la Virgen escogió la parroquia) te convertiste en instrumento de sus mensajes más importantes, para la parroquia y el mundo. ¿Eras consciente de esta elección particular? Una vez me dijiste que la Virgen te eligió por tener poca memoria… (sonríe).
Marija.– Exactamente, porque soy la más… Mirjana es más inteligente, en cambio yo a veces paso alguna crisis y pienso que no somos nada, no somos nada sin Dios. En cambio Dios es la fuerza, la alegría de vivir, de transmitir aquello que la Virgen tiene en Su corazón.
Nosotros nos hemos enamorado de la Virgen, empezamos a seguirla porque Ella ha sido nuestra fuerza, nuestra valentía, aunque teníamos miedo de la muerte porque… ¿quién no tiene miedo de la muerte? Pero prevaleció el deseo del Paraíso, ha prevalecido el gozo de la presencia de la Virgen que nos ha mostrado que la vida no acaba aquí, la vida avanza hacia la eternidad.
Padre Livio.- Oye, quisiera hacerte una pregunta muy simple pero muy clara: tú sabes que dentro de poco, o quizás antes que acabe el año, la Iglesia se pronunciará por segunda vez – la primera fue en Zadar en 1991- y ahora a un mayor nivel, es decir, a nivel de la Iglesia universal, será el Papa quien dará las indicaciones, dirá las palabras, la palabra de la Iglesia, para orientarnos a todos ante este grandísimo evento que nos toca tan de cerca ya desde hace más de 30 años en la vida de la Iglesia. Tú y todos los videntes, ¿cómo esperáis este pronunciamiento?
Marija.– Con mucha alegría, mucha, porque sabemos que la Iglesia es madre de todos, y una madre no puede golpear, no puede sino amar a sus propios hijos. Nosotros hemos estado siempre acostumbrados por la Virgen, a vivir en la Iglesia. Ella nos ha llevado de la iglesia a las rocas del monte de las apariciones, Ella dijo: “¡id a la Iglesia, allí estaréis protegidos!”.
Nosotros, con todo el amor, estamos aquí para dar testimonio de que la Iglesia tiene algo que decir; estamos aquí, preparados por si nos quieren corregir, no tenemos ningún miedo porque el gozo de formar parte de la Iglesia, la riqueza de ser cristianos lo hemos aprendido con la Virgen y esto nos da mucha alegría, a pesar de no conocer los planes de Dios.
Ahora tenemos al Santo Padre, la Comisión ha hablado con nosotros. Tengo que decir que fue una preciosa experiencia el encuentro con la Comisión; y no estoy esperando con miedo, no tengo miedo porque si todo esto es obra de Dios – y estoy segura de que es obra de Dios – nadie podrá destruirla. ¡Si no es de Dios será destruida inmediatamente!
Por eso yo doy gracias al buen Dios por este gran regalo, yo reconozco que es un regalo de Dios porque no es obra ni mía ni de los otros videntes, ni tampoco de los frailes, ni de los peregrinos, en cambio es una invitación de la Virgen –como dice Ella: Dios le ha permitido estar entre nosotros, Ella nos guía a la santidad; Ella nos guía a la conversión. Ella nos llama para enseñarnos a poner a Dios en el primer lugar de nuestra vida. Ella ha venido con el nombre de Reina de la Paz, nos pide, nos suplica a todos que seamos instrumentos de paz “en este mundo sin Dios y sin paz”, dice la Virgen.
Padre Livio.- ¿Y hoy está contenta la Virgen?
Marija.– La Virgen ha venido con un vestido dorado…, estaba contenta, tranquila, alegre, y a la vez lleva consigo el Paraíso, y este Paraíso nos lo transmite a nosotros. Esto es una gracia de cada día. La presencia de la Virgen para nosotros es algo que no podemos describir. Pienso que solo rezando podemos decir: ¡gracias Señor por este don!, porque Tú quieres transformar mi hombre viejo, “enganchado” al mundo, a la tierra, y me estás elevando hacia la vida eterna, hacia la santidad, ¡hacia el Paraíso! Todos nosotros tenemos ese deseo de Paraíso en el corazón y queremos compartirlo con todos los peregrinos que vienen aquí.
Padre Livio.- Gracias Marija, me has conmovido…
Marija.– Padre Livio… agradecemos al buen Dios porque Medjugorje es una riqueza para todos, una riqueza también para aquellos que son paganos. En estos días yo he tenido una experiencia preciosa con personas que llegaron aquí alejadas de Dios, con un paganismo terrible… esta ideología… Dos chicas que llegaron, que viven juntas con esta “política” –como se dice–… como dice la publicidad “dos mujeres, dos hombres”. Han venido como paganas, por curiosidad…, de lejos…, y han decidido vivir la castidad, dejarse llevar, y yo después he llorado y pensaba: “nadie les ha dicho nada”, han escuchado los mandamientos de Dios y han sentido la necesidad de no vivir más en pecado. Tantas situaciones de personas que estaban alejadas, paganas, con problemas de alcohol y drogas, que han pasado por Medjugorje… y han hecho un cambio radical en sus vidas. Han abrazado a Dios y sus mandamientos, han abrazado el amor que Dios, a través de la Virgen, nos está dando.
Padre Livio.- Gracias Marija. Ahora recemos una oración. (Recitan el Magníficat) Marija te encomiendo a la gran familia de Radio María, especialmente los enfermos, los sacerdotes y todos los voluntarios que nos ayudan.
Marija.– En estos días estamos en la colina con todo el corazón… habrá adoración toda la noche, así estaremos unidos con vosotros, porque Medjugorje no duerme sino que reza, y realmente será así porque muchos peregrinos pasarán la noche entera en la iglesia. Me decían las monjas: “durante la adoración externa, nosotras limpiamos bien el interior de la iglesia para que quede muy limpia y fresca para la adoración de toda la noche”.
De esta forma rezaré, y estaremos unidos con Dios y la Virgen delante del Santísimo con toda la gran familia de Radio María, con todos aquellos que de alguna forma están unidos a Radio Maria. ¡Rezaré y los encomendaré a la Virgen para que Su radio sea realmente Suya en todo momento! ¡Que la proteja y la guíe como Dios quiere!
Padre Livio.- ¡Gracias de corazón, Marija!
Marija.– Que Dios los bendiga, Padre Livio. Gracias y buenas noches.
Padre Livio.- Buenas noches
Fuente: Radio María Italia.
Traducción a cargo del equipo de www.virgendemedjugorje.org