Para el mariólogo Mark Miravalle, profesor de Teología en la Universidad Franciscana de Steubenville (Estados Unidos), las apariciones marianas tienen una dimensión espiritual extraordinariamente positiva.
De hecho, el profesor Mark Miravalle, explicó a Aleteia (www.aleteia.org) que incluso si no existe ninguna “obligación estricta de creer en las revelaciones marianas”, es verdad también que “si Dios considera oportuno mandar a la Madre de Jesús, a una cierta época de la historia humana, para dar luz en los aspectos más exigentes del Evangelio, por ejemplo una mejor oración, el ayuno, la penitencia, la conversión y la paz, entonces esta intervención del Cielo debe ser recibida con respeto, gratitud y veneración”.
“Dios no es arbitrario en sus actos”, añadió, “y si decide que la familia humana necesita de una visita celestial de la Mediadora de todas las gracias, entonces deberíamos acoger estas visitas con un espíritu y un corazón abiertos, en particular cuando la Iglesia ha decidido que la aparición tiene un origen sobrenatural”.